Uno de los regalos más significativos que se nos da es nuestro libre albedrío. El libre albedrío es la capacidad de crear una decisión mental y seguir esa mentalidad. Estas elecciones son un superpoder que nos da nuestra fuerza creativa. Este superpoder nos fue otorgado porque hemos evolucionado y crecido lo suficiente como para que se nos confíe su manejo correcto. Para explicarlo de otra manera, no le darías a un niño de 2 años un cuchillo para cortar comida porque podrían lastimarse. Por otro lado, se le da un cuchillo a un adulto, creyendo que sabría cómo usarlo y las consecuencias detrás de su uso.
La cruz de la elección es lo que nos impide actuar, no por la elección o la falta de voluntad, sino por la reacción externa en respuesta a ella. Al igual que Jesús, también estamos hechos para llevar una cruz y ser limpiados y golpeados por nuestras elecciones. El miedo a esa cruz nos impide convertirnos en la versión más excelente de nosotros mismos. No fue hasta que Jesús llevó esa cruz hasta el final que pudo terminar el papel que desempeñó como siervo y se convirtió en la estrella de su historia. Ya no es un peón, ahora es un jugador real.
Saber que respaldar tus elecciones te hará victorioso en la vida debería ser razón suficiente para hacerlo. ¿Por qué tan pocos deciden hacerlo? Miedo al juicio, a ser golpeado e incluso a la muerte. Ser tu verdadero yo es poseer el hecho de que existes al margen de la sociedad. Te conviertes en un tabú, la persona de la que otros susurran e incluso temen. Pierdes amigos, familia, todo lo que te hace tú, tú. Te pierdes a ti mismo, o al menos al ser que has sido condicionado a creer que eres.
¿Por qué estoy hablando de esto? En mi práctica, me duele ver cuántos adquieren enfermedades debido a la cruz que llevan. Las opciones pesan tanto sobre ellos porque no son aceptadas como una norma de la sociedad. La máscara falsa que usan con el tiempo crea cáncer, comiéndolos internamente para que puedan encajar en un papel. ¿Cuándo se volvió la comunidad tan tóxica y peligrosa para nuestra salud? Todo lo que la gente necesita es compasión, una persona que les diga que sus elecciones son las correctas. No hay juicio, sino una persona que puede verlos, escucharlos y entender su dolor y el peso de su cruz.
Las decisiones más desafiantes se convierten en las lecciones que nos hacen evolucionar mental, física y emocionalmente. Una de las lecciones más difíciles es saber cuándo hemos crecido fuera de nuestro papel en la sociedad. Elegir evolucionar sin importar el costo. Permitir que una parte de nosotros muera para que nuestro verdadero yo se levante de los restos. Nos debemos la oportunidad de convertirnos.
Esos con oídos para oír, oyeran. Los que tienen ojos para ver, verán. Zaida Velgara de Becoming I Am